Washington, DC – El senador estadounidense de Oregón, Jeff Merkley, que forma parte del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, emitió hoy la siguiente declaración sobre la situación actual en Afganistán:
“Al principio, nuestra misión original en Afganistán era clara y alcanzable: acabar con los campos de entrenamiento de Al Qaeda y responsabilizar a los perpetradores de los horribles ataques del 11 de septiembre. Pero tan pronto como la administración Bush se propuso rehacer completamente Afganistán, la misión se volvió inalcanzable.
“En 2010, viajé a Afganistán para aprender más de los líderes locales sobre las condiciones sobre el terreno. De los líderes militares escuché sobre el despliegue de fuerzas, líneas de suministro y tácticas y entrenamiento militares mejorados. El argumento, año tras año, era que sólo faltaban unos meses para que las fuerzas de seguridad afganas fueran autosuficientes. Pero de los diplomáticos y analistas escuché una historia diferente: una historia sobre cómo los elementos clave para el éxito fueron profundamente dañados por desafíos sistémicos que incluían un gobierno increíblemente incompetente, una corrupción masiva que minó el impulso de cada iniciativa y el enigma irresoluble de que la presencia de Estados Unidos y el apoyo deslegitimaron al gobierno y fortalecieron la determinación y la pasión de los talibanes. Estos desafíos sistémicos iluminan la desgarradora verdad de que Estados Unidos no puede decidir el destino de Afganistán y que ninguna cantidad de sangre o tesoro estadounidense podría haber alterado el curso de este conflicto insostenible.
“No podemos subestimar el coraje y el valor de los miembros del servicio estadounidense que dieron un paso al frente a petición de su gobierno para intentar establecer una república en Afganistán. Y estoy profundamente agradecido a nuestros valientes miembros del servicio que ahora están trabajando incansablemente para ayudar a los estadounidenses a evacuar Afganistán de manera segura, y espero que todas las familias afectadas por este conflicto se reúnan lo más rápido posible. También debemos hacer todo lo que podamos para ayudar a los miles de afganos, especialmente mujeres y niñas, que, con gran riesgo personal, ayudaron al esfuerzo de Estados Unidos y buscaron construir un país más democrático e inclusivo. Rezo por ellos y sus familias, y hago un llamado a mis colegas y socios de Estados Unidos en todo el mundo para que les abran nuestras puertas para que puedan encontrar seguridad. Ese esfuerzo debe incluir garantizar un paso seguro para los titulares de SIV y P2 que no pueden llegar a Kabul; evacuar inmediatamente a nuestros socios afganos que ya han pasado por un riguroso proceso de investigación de sus relaciones con el gobierno estadounidense y las ONG con sede en Estados Unidos; otorgar estatus de protección temporal a los afganos que se encuentran actualmente en Estados Unidos; crear una categoría específica de libertad condicional humanitaria para mujeres líderes; y ampliar la designación P2 para periodistas a autónomos, contratistas y corresponsales.
“También espero que esta trágica situación subraye para el Congreso la importancia de reafirmar nuestras autoridades constitucionales con respecto a los poderes de guerra. Debemos crear los procesos y salvaguardas necesarios para garantizar que las operaciones militares se consideren con la debida diligencia. Sólo así evitaremos guerras prolongadas y costosas que terminen en retiradas caóticas y sin ceremonias”.