Tras el marcado del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Merkley expresa su firme apoyo a la derogación de las autorizaciones obsoletas de uso de la fuerza militar

Washington, DC – El senador estadounidense de Oregón, Jeff Merkley, que se desempeña como miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, emitió hoy la siguiente declaración tras la decisión del Comité de derogar las leyes de 1991 y 2002. Autorizaciones de Fuerza Militar (AUMF):

“Los redactores de nuestra Constitución no tenían la intención de que el presidente –cualquier presidente– tuviera poderes ilimitados para hacer la guerra. Ese poder fue otorgado específicamente a los miembros del Congreso, porque la decisión de declarar la guerra o enviar a nuestros hijos e hijas al peligro es demasiado importante para recaer sobre los hombros de una sola persona.

“Durante las últimas seis décadas, interpretaciones demasiado amplias de las autoridades han permitido a los presidentes desviarse de ese principio y de la visión de nuestros fundadores, y arrastrar a nuestra nación a guerras interminables y en constante expansión. La derogación de las AUMF de 1991 y 2002 es un primer paso necesario para devolver los poderes de guerra a las cámaras del Congreso y ayuda a sentar las bases para esfuerzos futuros más integrales, como la derogación y reforma de la AUMF de 2001 para limitar y especificar el uso de fuerza militar. Agradezco que el Comité de Relaciones Exteriores del Senado esté trabajando en conjunto para lograr ese objetivo, y continuaré haciendo todo lo que pueda para defender los procesos y salvaguardias que necesitamos para garantizar que una consideración cuidadosa y exhaustiva preceda a cualquier decisión que autorice operaciones militares que puede expandirse rápidamente hacia conflictos importantes”.

Merkley ha apoyado abiertamente durante mucho tiempo una nueva AUMF para restaurar el papel constitucional del Congreso en la autorización de la guerra; requerir autorización del Congreso para ampliar la acción militar; limitar el uso de fuerzas terrestres estadounidenses; establecer una extinción de 3 años; exigir transparencia; y derogar los AUMF de 2001 y 2002, que se han extendido mucho más allá de los límites expresados directamente en la legislación.

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