Hace dos años, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) publicó un plan propuesto para regular los cigarrillos electrónicos.
La publicación de la regla propuesta fue un importante paso adelante para lograr una regulación integral de los nuevos productos de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos, que se venden hoy en día con una regulación prácticamente nula. La Administración nos aseguró que la regla final estaría disponible a fines del verano de 2015. Sin embargo, hoy, todavía estamos esperando.
En total, han pasado siete años desde que el Congreso aprobó la legislación que otorga a la FDA la autoridad para regular estos productos. Estos retrasos inaceptables han tenido tremendas consecuencias. En los últimos siete años, las empresas de tabaco y cigarrillos electrónicos han tenido tiempo de desarrollar productos nuevos e innovadores para atraer y, en última instancia, volver adictos a los jóvenes estadounidenses. La falta de regulación de los productos de cigarrillos electrónicos significa que cada vez más niños se están introduciendo a una adicción a la nicotina de por vida.
Sabemos que el consumo de tabaco es la principal causa de muerte prevenible en los Estados Unidos, lo que impone un costo terrible en la salud, vidas y dólares de las familias, las empresas y el gobierno. La mejor manera de salvar vidas en el futuro es evitar que los jóvenes estadounidenses se vuelvan adictos a los productos de tabaco ahora. Según un informe del Cirujano General publicado en marzo de 2012, el consumo de tabaco entre los jóvenes sigue siendo una "epidemia pediátrica".
En los últimos años, el uso de cigarrillos electrónicos por parte de menores de edad se ha disparado. En solo un año reciente, de 2013 a 2014, el uso de cigarrillos electrónicos entre los estudiantes de secundaria se triplicó. Un estudio actualizado de los CDC publicado a principios de este mes confirmó que el consumo de tabaco entre los jóvenes continúa creciendo.
Esto no sorprende a los fabricantes de cigarrillos electrónicos. De hecho, es una señal de que su inversión en el uso de las mismas tácticas de marketing que las compañías de cigarrillos usaron durante décadas para promocionar a los niños ha valido la pena. Los fabricantes de cigarrillos electrónicos están dedicando amplios recursos para llegar a los jóvenes a través del patrocinio de eventos orientados a la juventud y anuncios de radio y televisión dirigidos a los jóvenes estadounidenses, prácticas que son ilegales para los cigarrillos tradicionales.
Los adolescentes en nuestros estados tienen la percepción peligrosamente falsa de que estos dispositivos de suministro de nicotina son seguros. Esta industria está sacando provecho de un mercado no regulado. Ven oportunidades para atraer a los niños de manera más directa, comercializar a los niños más fácilmente y vender a los niños con pocas restricciones.
Los cigarrillos electrónicos se venden en empaques coloridos y vienen en miles de sabores diferentes, incluidos dulces y saborizantes de frutas. Cuando una compañía de cigarrillos electrónicos lanza nicotina líquida con sabor a "Gummy Bear" o "Scooby Snacks", es obvio para cualquiera que los adultos no son su mercado objetivo. Dudamos mucho que sea casualidad que estos saborizantes aptos para niños y las tácticas de marketing asociadas hayan coincidido con un aumento significativo en el uso de cigarrillos electrónicos por parte de la juventud estadounidense.
Es inexplicable que una administración comprometida con la promoción de la salud pública de muchas maneras sea cómplice, a través de su inacción, en la exitosa estrategia de los fabricantes de cigarrillos electrónicos para apuntar a nuestros niños. La ausencia de regulación por parte de la FDA les da a los jóvenes estadounidenses la impresión de que estos productos son seguros de usar. Es hora de que esta inacción irresponsable llegue a su fin. No puede haber más retrasos. No puede haber más excusas.
Una vez que la regla sea definitiva, la FDA podrá regular los nuevos productos de tabaco y nicotina de manera importante. Estos incluyen la imposición de estándares de edad mínima, límites a la publicidad y advertencias sanitarias en los productos; exigir el registro de los fabricantes de productos de tabaco ante la FDA; obligar a la FDA a aprobar algunos productos novedosos; y requerir empaques a prueba de niños, lo que salvará a innumerables niños pequeños de una intoxicación accidental con nicotina. La FDA también debería aprovechar esta oportunidad para abordar directamente la estrategia de la industria de los cigarrillos electrónicos de atrapar a los niños, al prohibir los sabores dulces y frutales en los cigarrillos electrónicos tal como lo han hecho en los cigarrillos tradicionales.
No podemos quedarnos de brazos cruzados. Cada día que la FDA no finaliza las regulaciones sobre el tabaco y la nicotina es otro día de complacencia peligrosa que amenaza a nuestros niños y nuestra salud pública en las próximas décadas. Instamos a la Administración a que tome medidas rápidas e inmediatas para finalizar esta regulación crítica.