Nuestra nación enfrenta una serie de desafíos de enormes proporciones: alta
desempleo, ejecuciones hipotecarias en aumento y una congelación del crédito que está paralizando
negocios. Cada uno de ellos está contribuyendo a otro que se está gestando desde hace mucho tiempo.
Crisis: la falta de disponibilidad y asequibilidad de la atención sanitaria.
Cuarenta y siete millones de estadounidenses no tienen seguro médico y millones más
están insuficientemente asegurados. Las personas mayores tienen que elegir qué medicamentos
pueden permitirse y la gente se salta las visitas médicas necesarias porque no pueden pagar las
pagos. Las personas que tienen seguro médico tienen miedo de perderlo y
las personas sin seguro tienen miedo de enfermarse. Necesitamos un mejor
forma.
Durante los últimos meses he estado trabajando sin parar con
mis colegas en el Comité de Salud del Senado para desarrollar una legislación que
proporcionar atención médica asequible y de calidad para todos los estadounidenses.
El plan en el que estamos trabajando ampliará el acceso a la salud
atención médica, reducir costos e invertir en prevención, garantizando al mismo tiempo que las personas mayores y los
Los discapacitados no se quedan atrás.
En primer lugar, creo firmemente que los estadounidenses deberían poder elegir
de mantener su cobertura actual o elegir una opción pública que
proporcionaría una cobertura de atención médica asequible. Una opción pública debe
incluirse en los planes de reforma porque reducirá costos, fomentará
competencia y mantener a las compañías de seguros honestas.
En segundo lugar, necesitamos gastar más nuestro dinero en atención médica
sabiamente. Estados Unidos gasta más que cualquier otro país industrializado en
atención médica, pero esos dólares no se traducen en mejores resultados para
pacientes. Una forma segura de reducir costos para familias, empresas y
El gobierno debe invertir en prevención. Asegurándonos de que todos los estadounidenses
tiene acceso a atención preventiva, podemos detectar enfermedades tempranamente y prevenir
dificultad financiera. También necesitamos invertir en la gestión de enfermedades,
medicamentos recetados asequibles y estrategias de bienestar como ejercicio y
almuerzos escolares saludables.
Finalmente, una de mis mayores preocupaciones es que estemos atentos a
estadounidenses mayores y discapacitados. Los cuidados a largo plazo se han vuelto prohibitivos
caro para muchas personas y he hablado con residentes de Oregon en todo el estado que
luchan por cubrir los altísimos costos de sus familiares.
Los estadounidenses no deberían tener que preocuparse de que sus padres o abuelos reciban
la atención de calidad que merecen a medida que envejecen.
Hacer nada no es una opción. Debemos aprovechar este extraordinario
oportunidad de aprobar una verdadera reforma sanitaria y ayudar a mejorar la salud de nuestros
ciudadanos invirtiendo en prevención. El presidente Obama ha hecho
la reforma del sistema de salud es una prioridad y estoy seguro de que podemos trabajar juntos para
proporcionar cobertura a todos los estadounidenses.