Los senadores liberales y los grupos de defensa advirtieron el jueves que no apoyarían un compromiso sobre la legislación de reforma financiera a menos que faculte lo suficiente a un regulador federal propuesto para proteger a los consumidores de hipotecas, tarjetas de crédito y otros préstamos.
El presidente del comité bancario del Senado, Christopher J. Dodd (D-Conn.), y la Casa Blanca han dejado de insistir en una agencia de protección al consumidor independiente, a lo que se oponen firmemente los republicanos y algunos demócratas moderados.
En cambio, Dodd está intentando negociar la creación de un nuevo departamento de protección al consumidor dentro de una agencia existente. Una posibilidad es la creación de un regulador bancario único con dos divisiones: una responsable de proteger a los consumidores y la otra de garantizar la seguridad y solidez de los bancos.
Esa idea ha generado preocupación entre los demócratas que temen que los bancos tengan la ventaja con ese modelo. Señalan que se parece mucho al arreglo actual, en el que los reguladores bancarios responsables de ambos trabajos a menudo han descuidado la protección del consumidor.
“Si existe una estructura que asegure que las firmas financieras no podrán desplegar trucos y trampas mientras los reguladores miran hacia otro lado, será un gran paso adelante”, dijo Julie Edwards, vocera del senador Jeff Merkley (D- Ore.), miembro del comité bancario. “Sin embargo, lo que hemos visto en el pasado es que cuando la misión se divide, también lo hace la atención. Y la protección del consumidor tiende a quedar en segundo plano. Necesitamos una agencia que vea la protección de los consumidores como su prioridad número uno”.