En una audiencia de confirmación del Comité de Relaciones Exteriores del Senado ayer, el senador estadounidense Jeff Merkley (D-Ore.) planteó una serie de preguntas sobre el cambio climático al candidato del presidente electo Donald J. Trump para secretario de Estado, el ex director ejecutivo de Exxon-Mobil, Rex. Tillerson.
Merkley señaló que los bosques de Oregón se queman con más frecuencia debido a las infestaciones de escarabajos relacionadas con el clima y que las ostras luchan en el agua acidificada como resultado de la quema de combustibles fósiles por parte de los humanos.
Presionó al petrolero para que expresara su opinión sobre si tales cambios, y las sequías en lugares como Siria, contribuirán a las amenazas económicas y de seguridad nacional.
Vox El escritor David Roberts dice que las respuestas de Tillerson demostraron que era un "tibio".
“Él reconoce que las emisiones de carbono tienen un efecto de calentamiento, pero dice que no podemos predecir lo que sucederá, no podemos vivir sin combustibles fósiles y podemos adaptarnos a cualquier cambio climático que ocurra”, escribe Roberts.
Esta mañana, Merkley anunció su oposición a la nominación de Tillerson.
"Señor. Tillerson dijo que la 'claridad moral' es clave para la política exterior de Estados Unidos y estoy de acuerdo”, dijo Merkley en un comunicado. “Pero durante el tiempo que el Sr. Tillerson ocupó la alta gerencia de ExxonMobil, la compañía se involucró en un patrón de actividades que socava cualquier afirmación que pueda hacer sobre la claridad moral”.
“Nadie se hace ilusiones de que la administración de Trump va a liderar el cambio climático. Pero Tillerson vino armado con el tipo de clichés tranquilizadores y que suenan razonables que suelen ser suficientes para calmar los temores de los políticos sobre este tema”, escribe Roberts. “Pero Merkley realmente se preocupa por el cambio climático. Y él sabe algo al respecto. Estaba dispuesto a hacer lo que muy pocos políticos estadounidenses (¡o periodistas!) harían, que es empujar a una figura pública a ir más allá de los clichés climáticos. Gracias a los pacientes esfuerzos de Merkley, quedó claro que Tillerson es un partidario de los combustibles fósiles que no siente la necesidad de actuar con urgencia sobre el cambio climático”.